2009/05/18

Familia de CARLOS IV



Este es un cuadro pintado por Francisco de Goya en 1800. Actualmente este famoso
cuadro esta expuesto en el Museo del Prado, (Madrid). Como se puede apreciar en el cuadro pintado sobre lienzo aparece la familia de Carlos IV.

En la imajen aparecen catorce personas, todos familiares de Carlos IV. Destacan personajes como el rey Carlos IV situado en el centro a la derecha vestido de negro y lleva una banda blanquiazul. La de la izquierda es la reina María Luisa de Parma en el centro de la escena, como señal de poder ya que era ella la que llevaba las riendas del Estado a través de Godoy. A su lado aparecen dos de sus hijos. La que aparece con la cabeza vuelta es la hermana de Carlos IV; un personaje desconocido que podría ser destinado a colocar el rostro de la futura esposa de Fernando cuando éste contrajera matrimonio.

Alrededor de esta obra existe mucha literatura ya que siempre se considera que Goya ha ridiculizado a los personajes regios. Resulta extraño pensar que nuestro pintor tuviera intención de poner en ridículo a la familia del monarca; incluso existen documentos en los que la reina comenta que están quedando todos muy propios y que ella estaba muy satisfecha. Más lógico resulta pensar que la familia real era así porque, de lo contrario, el cuadro hubiese sido destruido y Goya hubiese caído en desgracia, lo que no ocurrió.
El artista recoge a los personajes como si de un friso se tratara, en tres grupos para dar mayor movimiento a la obra; así, en el centro se sitúan los monarcas con sus dos hijos menores; en la derecha, el grupo presidido por el príncipe heredero realizado en una gama fría, mientras que en la izquierda los Príncipes de Parma, en una gama caliente.

Todas las figuras están envueltas en una especie de niebla dorada que pone en relación la obra con Las Meninas.

2 DE MAYO DEL 1808



2 DE MAYO DEL 1808


El dos de mayo del 1808, es una de las obras más conocidas de Aragones Francisco Goya. Este cuadro está depositado en el Museo del Prado en Madrid, España. Éste cuadro no se pintó al iniciarse la contienda, sino al finalizar ésta en 1814. Goya a querido representar aquí un episodio de la ira popular: el ataque del pueblo madrileño, mal armado, contra la más poderosa máquina militar del momento, el ejército francés.

En el centro de la composición, un mameluco, soldado egipcio bajo órdenes francesas, cae muerto del caballo mientras un madrileño continúa apuñalándole y otro hiere mortalmente al caballo, recogiéndose así la destrucción por sistema, lo ilógico de la guerra.

Al fondo, las figuras de los madrileños, con los ojos desorbitados por la rabia, la ira y la indignación acuchillan con sus armas blancas a jinetes y caballos mientras los franceses rechazan el ataque e intentan huir. Es significativo el valor expresivo de sus rostros y de los caballos, cuyo deseo de abandonar el lugar se pone tan de manifiesto como el miedo de sus ojos.

Goya recoge con sus pinceles cómo pudo ser el episodio que encendió la guerra con toda su violencia y su crueldad para manifestar su posición contraria a esos hechos y dar una lección contra la irracionalidad del ser humano, como correspondía a su espíritu ilustrado. La ejecución es totalmente violenta, con rápidas pinceladas y grandes manchas, como si la propia violencia de la acción hubiera invadido al pintor. Lo más destacable del cuadro es el movimiento y la expresividad de las figuras, que consiguen un conjunto impactante para el espectador.

EL FUSILAMIENTO DEL TRES DE MAYO


El tres de mayo de 1808 en Madrid también conocido como Los fusilamientos en la montaña del Príncipe Pío o Los fusilamientos del tres de mayo es un cuadro del pintor aragonés Francisco de Goya completado en 1814 que se conserva en el Museo del Prado de Madrid intención de Goya al elaborarlo es plasmar la lucha del pueblo español contra la dominación francesa en el marco del Levantamiento del Dos de Mayo, al inicio de la Guerra de la Independencia Española. Su pareja es El dos de Mayo de 1808 en Madrid también llamada La carga de los mamelucos.

Contrasta demasiado con su pareja, La carga de los mamelucos. Aquí la fuerza escénica recae en el momento previo a la ejecución y no en los instantes de ésta. Los franceses no tienen rostro, a manera de enemigo anónimo y mortífero. Señala Glendinning que el único intento de Goya por suavizar el tremebundo impacto psicológico que produce un fusilamiento son los poco claros frontispicios de construcciones.

Saturno devorando a un hijo.


Este cuadro está dibujado por Francisco de Goya en 1819-1823, Dicen que es de los primeros cuadros más horribles que se han hecho nunca. Este cuadro está de exibición en el museo del prado. Esta obra representa al rey Crono o Saturno de la mitología romana. En la acción que estamos viendo se ve como Crono o Saturno devora a uno de sus hijos. Dicen que este tema según los expertos está relacionado con la destrucción. El acto de comerse a su hijo se ha visto desde el punto de vista de psicoanálisis. Podemos ver que este cuadro es muy horroroso porque se ve cómo se come Saturno o Crono a uno de sus hijos. El hijo devorado, con un cuerpo ya adulto, ocupa el centro de la composición. Se ve que el dibujo o la obra de arte está dibujado con aplicadas manchas gruesas.

Goya, igual que hizo Rubens en su Saturno para la Torre de la Parada, ha elegido el momento en que el dios del tiempo desgarra el cuerpo de su hijo para que ninguno pudiera destronarle. Pero Júpiter escapó al rito antropófago de su padre y consiguió acabar con su tiranía.

Un espacio totalmente oscuro rodea la figura del dios, en la que destaca su deformidad y su rostro monstruoso. Es una magnífica representación de como el tiempo lo devora todo, una de las obsesiones del pintor.

La mayor parte de los expertos coinciden en plantear que la avanzada edad de Goya motivaría una decoración en la que primaba la melancolía y la tristeza por el tiempo pasado, aunque también se hagan referencias al presente. Incluso se ha llegado a ver en esta escena una imagen de Fernando VII devorando a su pueblo.

Forma parte de las 14 Pinturas Negras que decoraban el comedor de la Quinta del Sordo. Aparece el dios de la melancolía como un horrible viejo, deformado y monstruoso, que desgarra con ojos de loco el cuerpecillo de un niño, al que ya ha arrancado la cabeza de un mordisco, mientras clava sus uñas en él. El fondo negro envuelve a la figura en la oscuridad, con algunos toques de blanco y rojo de la sangre. Dramatismo y horror dominan la escena. Las pinceladas son sueltas, en manchas. Estuco actualmente trasladado al lienzo. Simboliza el Tiempo, que todo lo devora.

LA MAJA DESNUDA


    La maja desnuda es una de las más célebres obras del Francisco José de Goya y Lucientes. El cuadro es una obra de encargo pintada antes de 1800, en un periodo que estaría entre 1790 y 1800, fecha de la primera referencia documentada de esta obra. Luego formó pareja con La maja vestida datada entre 1802 y 1805.

    En ambas pinturas se retrata de cuerpo entero a una misma hermosa mujer recostada plácidamente en un lecho y mirando directamente al observador. Se ha especulado con que la retratada sea la Duquesa de Alba pues a la muerte de esta en 1802, todos sus cuadros pasaron a propiedad de Godoy, a quien se sabe que pertenecieron las dos majas.

    En el diseño de este cuadro el dibujo es decisivo, por ese motivo y por el predominio de una gama cromática fría se nota la influencia del neoclasicismo.

Ésta obra de Goya es audaz y atrevida para su época, como audaz es la expresión del rostro y actitud corporal de la modelo, que parece sonreír satisfecha y contenta de sus gracias.

Cabe destacar la particular luminosidad que Goya da al cuerpo de la desnuda, luminosidad que contrasta con el resto del ambiente, y junto a esa luminosidad la típica expresividad que Goya sabe dar a los ojos.

Es notable que, aún dentro de la típica fuerza de las pinceladas que caracterizan a Goya, el artista se ha esmerado en el tratamiento de las carnaduras y sombreados acompañadas por la figuración sutil de las telas, la coloración se hace con un minucioso juego de verdes que contrasta con blancos y rosados, de este modo la maja casi parece suspendida mediante su brillo y delicadeza, suspendida en un espacio oscuro que ella ilumina.



La Maja Vestida: 1802-1805.



La maja vestida es una de las obras más conocidas del pintor español Francisco de Goya.Está realizado en oleo sobre lienzo Mide 95 cm de alto y 188 cm de ancho. Fue pintado entre 1802 y 1805.Se encuentra en el Museo del Prado de Madrid, España desde 1910 después de un largo periodo en la Real Academia de San Fernando.


En origen, esta pintura y su «hermana», La Maja Desnuda , recibían el nombre de Gitanas y no Majas. Así aparecen en el inventario de los bienes de Manuel Godoy. que fue su primer propietario. Se supone que se colocaban una sobre otra, la Vestida sobre la Desnuda, para sorprender al público cortesano.


El traje blanco de esta Maja se ciñe de tal forma a la figura, en particular el sexo y los pechos, que parece más desnuda que la otra. La cintura la resalta mediante una lazada rosa. La nota de color del cuadro la pone la chaquetilla corta o bolero, similar al de los toreros, de mangas anaranjadas con los puños rematados con encaje negro. Lleva zapatos dorados de pequeño tamaño.


Goya la pintó con pinceladas sueltas, pastosas y muy libres, a diferencia de la Maja desnuda, en que el pintor es más cuidadoso en el tratamiento de las carnaduras y sombreados. La figura de la maja está bañada con una luz que destaca las diferentes texturas.


También ha suscitado dudas el objeto rojizo que se asoma bajo los cojines; algunos pensaron que era la empuñadura de una daga o puñal, lo que acentuaría las connotaciones novelescas y eróticas del retrato. Otras fuentes creen que es un abanico cerrado.